Diseños de Cine (y 4)
ADN DESIGN | 2 de febrero de 2015
En ocasiones tenemos la suerte y el placer de encontrar productos surgidos del laboratorio creativo de ADN DESIGN insertados en historias vibrantes y tiernas que saltan de la pantalla del cine para formar parte de los sueños de las personas. Es el caso de Volver, la hermosa película de 2006 escrita y dirigida por Pedro Almodóvar.
No hay director más íntimamente conectado con los corazones, las mentes y los misterios de las mujeres que Pedro Almodóvar. Todas las actrices que pueblan este asombroso trabajo están inmensas en sus extraordinarios personajes. Carmen Maura, Penélope Cruz, Lola Dueñas, Blanca Portillo, Yohana Cobo y Chus Lampreave componen una historia tierna y transgresora, llena de sorpresas y de giros. La película fue galardonada con más de 40 premios internacionales, entre ellos cuatro Premios del Cine Europeo y cinco Premios Goya.
Según las propias palabras de Almodóvar, la película nos habla de «tres generaciones de mujeres que sobreviven al viento solano, al fuego, a la locura, a la superstición e incluso a la muerte a base de bondad, mentiras y una vitalidad sin límites».
Para acompañarlas, un significativo objeto diseñado en el año 1993 para la empresa Araven: el cubo de pedal que Raimunda (Penélope Cruz) utiliza para tirar las latas de cerveza que consume su marido Paco (Antonio de la Torre), más interesado en beber, ver el fútbol y espiar a su hija mientras se cambia, que en buscar un nuevo empleo.
Un cubo de basura que Raimunda utilizará más tarde para recoger la sangre de su marido, después de que su hija adolescente (Yohana Cobo) le apuñalara con un cuchillo de cocina tras un intento de violación.
Los reconocidos diseñadores Jasper Morrison y Naoto Fukasawa, acuñaron hace unos años la palabra "supernormal" para referirse a este tipo de productos. Objetos eternos y funcionales que acompañan toda nuestra existencia, pero en los que apenas reparamos. Héroes ocultos que, como el clip o la tirita, hablan del goce de lo común, de la permanencia y del silencio. Con un funcionamiento impecable, este atento y discreto cubo incorpora en su parte trasera un recipiente de almacenaje para las bolsas de basura que facilita también una apertura completa de la tapa, sin interferencias ni desequilibrios. Un objeto concebido para atender de manera más sencilla y placentera nuestras necesidades cotidianas.
«Cuando algo se rompe y necesitas comprarlo de nuevo... eso es un buen diseño. A diario, en casa, apenas vemos esos objetos. Pero cuando en una vivienda que no es la nuestra no encontramos lámpara de lectura junto a la cama o un pelador de patatas que funcione, nos damos cuenta de su importancia. Es entonces cuando su ausencia delata su grandeza. Y cuando aprendemos a ver lo extraordinario en lo ordinario» explicaba Morrison en El País. Nadie se cansa nunca de un diseño así.
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